<“Yo soy joven, y vosotros ancianos;
por eso temía y sentía miedo
a exponeros mi pensamiento.
Me decía: “Hablarán los días,
y los muchos años darán
a conocer la sabiduría”;
pero ésta es en el hombre
una inspiración,
y es el soplo del Omnipotente
el que enseña.
No son ancianos los sabios,
ni los viejos los que
comprenden
lo que es justo.
Por eso me atrevo a decir:
"Oídme
y daré yo también mi parecer">
(Job 32, 6-10)

martes, 1 de noviembre de 2011

AUTOBIOGRAFÍA

El objeto del presente ensayo, “mi biografía”, lo entiendo como una apuesta por parte del profesor de que divaguemos sobre la siguiente pregunta:
¿Quién soy?
Ni siquiera sé si estoy preparado para entenderla, y menos para responderla sobre un trozo de papel. Sin embargo se me presenta como un reto personal, apartando de mi distraída mente la presión de cómo me valorará el profesor este trabajo.

Parece mentira que siendo posiblemente la materia de la que disponemos más datos, no somos capaces de hacernos una idea de cómo somos en realidad, de quién somos y en qué nos hemos convertido. Y parece aún más alarmante que los demás sean los que nos conozcan con más profundidad.

La persona de la que trata este ensayo no es más que el resultado de todas las elecciones de su vida pasada y no tendría más sentido preguntarnos cuál es su pasado si su propósito no fuese otro que averiguar que le deparará el futuro.

Pues bien, la persona en la que se centra este trabajo se configura hoy día como un “joven”, adjetivo del que se ha abusado de alguna forma para discriminar históricamente, pero que, hoy y aquí, adquiere un significado casi inaudito y que encaja en la respuesta que ha estado buscando para rellenar estas páginas. El factor que se ha de tener en cuenta no es en sí misma la juventud, sino su parámetro más condicionante, la edad. Este determinante ha supuesto el motor de todos los cambios sociales de la historia de la humanidad y es lo que al antecitado joven más le impulsa. Se encuentra en la edad previa a proceder a los cambios que le van a tocar protagonizar, y lo que siente es una profunda ansia por prepararse para dicho cambio.

Sabe perfectamente que esto no se trata de una ambición egoísta por alcanzar ningún logro, es más una conjunción, una simbiosis entre sus deseos y lo que le tiene deparado el mundo y sabe que debe mantenerse como tal conjunción, sin excederse en sus deseos, ardiendo en un vano intento de alcanzar el sol, ni defraudando al mundo, siendo devorado por el minotauro.

A punto de alcanzar 20 años de edad, tan solo se sitúa en su etapa formativa, de aprender a pensar, de aprender a conocerse, y esto le ha suscitado un incipiente deseo de conocimiento, de inconformismo frente a las verdades relativas.

Este manifiesto inconformismo ha fraguado, junto con otros miles de jóvenes (al menos en espíritu), en el, por lo menos polémico, Movimiento 15-M. Sin intención de desvelar inclinación alguna a ningún polo político, este estallido tan solo le ha servido como cauce para dar a luz algunas de las pocas ideas claras de las que se había hecho dueño años atrás, pero que le ha motivado para soñar con una futura revolución, un “cambio radical” como acuñan algunos autores contemporáneos.

Dejando de lado estas aspiraciones, que bien sabe que a más de uno le sonarán algo descabelladas y anacrónicas, nos centramos ahora en los detalles que marcan su personalidad. Lejos de dar una lista de los defectos y virtudes que caracterizan a este personaje, resultan más trascendentes dos acontecimientos que llegaron a condicionar incluso su modo de ver la vida, la aparición de una grave enfermedad que afectaba a la salud de su padre y la curación repentina de su hermano.

Sin duda cada uno de estos hechos le afectaron de maneras distintas, la enfermedad de su padre le mostró lo que es la virtud de la paciencia, la humildad y el sacrificio, mientras que la curación de su hermano le hizo ver el carácter egoísta que había mantenido en su entorno familiar y fuera de él y la importancia de tener siempre esperanza.   

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